viernes, 31 de julio de 2015

“EL PIOJO” HERRERA

El Filósofo de Güémez afirma: “Hay pelao’s casados que son como los boilers de leña: los primeros tres meses calientan mucho… después se la pasan tizne y tizne”


Pareciese que la frase se aplica al pie de la letra a Miguel “El Piojo” Herrera, los primeros meses de su trabajo como entrenador de la Selección Nacional, tuvo la sensibilidad y el oficio deportivo para hacer un rico maridaje, un entreveramiento emocional entre jugadores, afición y medios de comunicación.


“El Piojo” Herrera ofreció a la afición un nuevo proyecto futbolístico, una nueva era, que desde el inicio hizo clic con la afición, y con jugadores como Vela, que se negaba a participar en la Selección.


Herrera asumió el cargo en octubre de 2013, con una Selección más golpeada que una tina de albañil, tuvo éxito en los partidos de repechaje contra Nueva Zelanda en busca del boleto al Mundial de Brasil 2014.


El balance del “Piojo” en 37 partidos es positivo: 19 triunfos, 11 empates y 7 derrotas; llevó al Tri a los Octavos de Final de la Copa del Mundo en 2014; fue penúltimo lugar en la Copa América de Chile 2015 y obtuvo el título de la Copa Oro 2015.


Pero queda claro que “En quienes participan en el fútbol, son personajes públicos que representan –quiéranlo o no– a una institución y el fútbol, es mucho más que ganar, empatar o perder; los partidos no terminan cuando el árbitro señala que el tiempo se ha agotado”, el fútbol es un entreveramiento de valores, esos que escasean en la política.


En los seres humanos el temperamento, es factor de factores en el éxito o en el fracaso, y al “Piojo” Herrera, si como futbolista en ocasiones le valió para echarse pa’ lante y triunfar, el pasado lunes, en el aeropuerto de Filadelfia, su temperamento le jugó una mala pasada, al agredir físicamente a Christian Martinoli, comentarista de Televisión Azteca, “acción que opacó el título obtenido una noche antes en la Copa Oro 2015”


En mi pueblo había dos poetas populares, Don Esteban Núñez y Don Arnulfo Martínez, cada que se veían tenían la virtud de hablarse en verso, cierto día Don Arnulfo estaba sentado en una banca en la plaza, con su esposa, resguardándose del tremendo calor bajo la sombra de un árbol, se echaba aire con su sombrero de palma, en el mismo instante en el que pasó Don Esteban y le dijo:


“Pareces recién casado,
con el sombrero echándote fresco…

Don Arnulfo volteó a verlo y le dijo:

Me agarraste descuidado…

¡POR ESO NO TE CONTESTO!”

Eso le llamo inmediatez, que a los directivos del Fútbol mexicano les sobra, para muestra la respuesta de Decio de María, designado como nuevo Presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, en sustitución de Justino Compeán, quien frente a la agresión del DT de la Selección Nacional, inmediatamente tomó cartas en el asunto, poniéndose en contacto con los dueños de los equipos y no dejar que transcurriera el tiempo para tomar una decisión con respecto al “Piojo” Herrera.


La mayoría coincidió en que el "Piojo" fuese destituido, porque ha dañado severamente la imagen del puesto Director Técnico del Tri y de la Selección Mexicana.


En un país en donde la violencia se enseñorea por doquier, la inmediatez de la respuesta de los directivos del Fútbol Mexicano, es digno de encomio, va a favor de los valores que necesitamos resguardar para las nuevas generaciones.


Resulta que el niño filósofo llega todo sudado a casa y le dice a su Mamá:

–– ¡Amá, amá!, en el entrenamiento de fútbol, el entrenador me dijo que soy una auténtica promesa de gol.

–– ¡Excelente mi’jito! –contesta orgullosa la Mamá, secándose las manos en el delantal– ¿Y de qué jugaste?

–– ¡DE PORTERO!





domingo, 19 de julio de 2015

LA OBVIEDAD DE EL FILÓSOFO

Las frases del Filósofo de Güémez, tienen la simplicidad de la cotidianidad, revelan la frivolidad de lo serio y la seriedad de lo frívolo, permitiendo ver lo que muchos no perciben: ser conscientes de la relatividad de la vida, revelándonos esa sutil lógica que va entre lo serio de lo obvio y lo obvio de lo serio.


Si usted pregunta al Filósofo ¿Quién es? quizá no sepa responder, pero si le pregunta a las frases del Filósofo, ellas hablarán por mí y dirán que soy un campesino que se goza en el buen sentido del humor, que es cosa seria, será porque se requiere ser muy sabio para saber reír con los problemas y encontrar su humana solución.
El humor del Filósofo se goza en la aparente ingenuidad que parte de una simulada buena fe, de un pretendido humor involuntario que busca no agraviar sino agradar. Recientemente, un pela’o me dijo que debería cambiar algunas frases del Filósofo de Güémez,  porque suenan altisonantes.


De ninguna manera puedo cambiar la frase: El que se chingo… ¡se chingo!, por una frase que diga: “El que en la vida no la ha hecho… no la ha hecho”, porque alteraría el sentido popular de la fraseología del campesino de Güémez, además de que carecería de interés y autenticidad, perdería la esencia misma de las frases del Filósofo que son: la simplicidad, la ingenuidad, la picardía, el perogrullo, el sentido común y la obviedad.
Hay académicos que quisieran cambiar la fraseología popular por frases doctas como:


“Habla con los pelos de la burra en la mano” Por: “Parla con los bellos del pollino en la diestra”


“Más vale pájaro en mano, que ciento volando” Por: “Más vale plumífero volador en fosa metacarpiana que segunda potencia de diez pululando por el espacio”


El Filósofo está lleno de ingenuidad provinciana, de una pretendida buena fe rural, de amor a la vida, de gratitud con el Señor y de un excepcional sentido de OBVIEDAD. ¡Sí!, de esa OBVIEDAD que el mexicano tiene a flor de piel.


Vemos a una mujer con el abdomen abultado, caminando con lentitud y le preguntamos: — ¿Estás embarazada?


Voltea y nos dice: — ¿Po’s qué crees que me hicieron mal los tacos?


Llega un pela’o con el técnico en televisiones cargando penosamente y con dificultad una de Tv de 90 pulgadas, éste lo ve y le pregunta: — ¿Está descompuesta? — ¿A poco crees que la ando paseando?


Vas por la calle y quien viene frente a ti se tropieza y cae estrepitosamente al piso, te paras y le preguntas:


— ¿Te caíste? — ¡No! –responde doliéndose del madrazo– es la forma en que beso a la madre Tierra.
Cuando llegan a una casa y tocan el timbre, preguntan: — ¿Quién es? — ¡Soy yo!


Hace unos días viajaba en avión a dar una conferencia a Chetumal, a medio vuelo me paro para ir al baño y me encuentro con un viejo amigo, se levanta y abrazándome, me pregunta:


— ¿Para dónde vas? —Pues, ¿pa’ dónde va el avión ‘abrón?


La ocasión pasada, antes de participar como ponente en un congreso internacional, llamé a la oficina de la organizadora, amablemente me contestó su secretaria diciendo que no se encontraba en ese momento:


—Señorita –le dije–  me interesa mucho hablar con su jefa, ¿me puede proporcionar su número celular?


— ¡Claro! tome nota –amablemente me dijo, dictándome el número– llámele, aquí dejó su celular… ¡pero usted llámele!


Una dama hablaba con su amiga: — ¿Sabes desde cuándo no voy a Xalapa? — ¡No! — ¡Pues desde la última vez!


Cuando pierdes las llaves, no falta el que pregunta: — ¿Pos ‘ónde las dejaste? —Si supiera, no estaría buscándolas.


Cuando en domingo a las 3 de la mañana, timbra el teléfono en tu casa, al contestar te preguntan:
— ¿Te desperté? — ¡No…! ¡Estaba esperando tu llamada, ‘abrón!


Igual sucedió cuando en el gobierno foxista hubo una tremenda sequía en mi tierra –era de tal proporción que las vacas daban la leche en polvo–, vino el secretario de Agricultura del gobierno Federal, y después de que en una reunión de trabajo, agricultores, campesinos, ganaderos y citricultores le habían expuesto el daño causado en su economía, éste con una sabiduría que el  mismo Salomón envidiaría, dijo en su discurso:
—En Tamaulipas no hay sequía… ¡lo que pasa es que no ha llovido!


Con eso y más se dará usted cuenta, querido lector, que pa’ este Filósofo resulta harto fácil estar pleno de obviedad en mi trabajo, lleno de anécdotas, frases e historias que gozan del buen sentido del humor.
Resulta que “el Filósofo llega a la tortillería, para su sorpresa ve mucha gente en la cola, se dirige al despachador y le dice: — ¿Tienes masa?... pa’ ponerme en la cola.


— Si hay masa, págala… ¡Y PÓNTELA ‘ONDE QUIERAS!”

filosofo2006@prodigy.net

viernes, 10 de julio de 2015

EL BUEN SENTIDO DEL HUMOR

Lin Yutang afirma “La función química del humor es esta: cambiar el carácter de nuestros pensamientos” Y es que el buen sentido del humor –porque también hay mal sentido del humor– te ayuda a viajar por el universo ligero de equipaje, lleno de pensamientos positivos, con una regocijante espiritualidad que al conectarte con tu maestro Divino te lleva a la toma adecuada de decisiones.


El buen sentido del humor, es una elevada forma de ser y vivir que afianza tu mentalidad propositiva para generar proyectos, ideas sobre la salud, la prosperidad, tu bienestar y la abundancia.


La diferencia entre el mal y el buen sentido del humor es abismal, impacta en tu química sanguínea, en tu salud, en tu bienestar, en tu equilibrio; mientras el mal sentido del humor enferma tu vida; el buen sentido del humor genera químicos que fortalecen tu sistema inmunológico a la par que traen una armonía a tu entorno. 


El buen sentido del humor y una sonrisa, atraen al de enfrente, alegra tu corazón, te blinda frente al dolor, te inspira para hacer las excusas a un lado, hace de ti un guerrero, inteligente, emprendedor, exitoso, amoroso, sabio.


El buen sentido del humor, es energéticamente poderoso, elimina el ego, transforma la culpa en responsabilidad. Mientras la culpa te ata al dolor del pasado, la responsabilidad transforma energéticamente tus emociones y te trae al presente, invitándote a trabajar en tu trascendencia.


El buen sentido del humor, te acerca a la luz de tu Divinidad; los budistas llevan a cabo una vez al mes, una sesión de risa, será porque sabios entienden que armoniza tu trinidad mente-cuerpo-alma, a la vez trabaja en tu interior y exterior, enviando la señal de que estas haciendo tu parte, para que el universo responda milagrosamente y con bienaventuranzas a tu tarea.


El buen sentido del humor, te mantiene la cordura y aunque aparentemente es algo simple, pero cuando te atreves a aprovechar tu presente desde lo simple y cotidiano, la vida se vuelve simple como el amor y también los milagros... ¡se vuelven cotidianos!


El buen sentido del humor te invita a soltar personas, situaciones o cosas que te atan al dolor, para seguir avante con amor. Para avanzar, es necesario soltar, pues al eliminar lo que te ata a la soledad, a la tristeza, al abandono, como por arte de magia llega tu libertad espiritual, te iluminas y brillas.


La risa enriquece el sentido de la sobrevivencia, redescubre lo hermoso del nuevo amanecer, eleva tu energía, genera confianza, trayendo consigo salud mental; le quita poder al dolor, a la tristeza, al miedo, a todas las emociones con vibración negativa, que son tan pesadas, que es necesario soltarlas, porque impiden a tu alma remontar el vuelo.


El buen sentido del humor, tiene como base el amor, que te conduce al encuentro contigo mismo y tu paz interior.


Cuenta la historia que “El afamado escritor, productor y cineasta español Jacinto Benavente y Martínez, premio Nobel de Literatura en 1922, en cierta ocasión viajaba en ferrocarril, llevando como compañeros de compartimiento a tres jóvenes sacerdotes.

Nadie hablaba, el silencio inundaba el camarote en el que viajaban. De pronto un sacerdote le pregunta:
— Discúlpeme ¿Cuál es su nombre, señor?

— ¡Jacinto Benavente!

Los jóvenes sacerdotes se miraron unos a otros, a la vez que guardaron silencio, sin hacer el más mínimo comentario, ante tan distinguido personaje, situación que disgustó mucho a Don Jacinto.
— ¿Y ustedes quiénes son?

— Somos de la compañía de Jesús, –respondieron presuntuosos.

— Y ¿A cuál de las dos compañías de Jesús pertenecen ustedes?

— ¿Cómo que a cuál de las dos compañías? –preguntaron incrédulos.

— Por que cuando Jesús nació, –respondió pícaramente Don Jacinto– lo acompañaban la mula y el buey y cuando murió… ¡dos ladrones!”



filosofoguemez2006@prodigy.net.mx

viernes, 3 de julio de 2015

DON JACOBO ZABLUDOVSKY

El filósofo latino Séneca afirmó: “Necesitamos la vida entera para aprender a vivir, y también –cosa sorprendente– para aprender a morir.” Lo anterior lo traigo a estas líneas debido al sensible fallecimiento a sus 87 años, de Don Jacobo Zabludovsky Kravesky, un hombre que aprendió a vivir la vida a plenitud, sin medias tintas.


En 1946 se inició en el periodismo, –que abrazó con pasión– como ayudante de redactor de noticieros de Cadena Radio Continental, al siguiente año ingresó a la XEX-AM como subjefe de servicios informativos; en 1950 fue uno de los pioneros de la televisión mexicana, en donde fue productor y director del primer noticiero de la televisión en el país.


En 1969 Telesistema Mexicano lo designó Director General de Noticieros, en donde su talento, visión y pasión se puso de manifiesto; más tarde creó “Café Matutino”, antecedente de su noticiero “24 Horas”.
Durante 27 años condujo en TELEVISA el noticiero “24 Horas”, espacio informativo que en nuestro país se convirtió en un referente en la segunda mitad del siglo XX; su oficio periodístico lo llevó a ser el de mayor rating en la TV y a tratar personalmente a los líderes nacionales y mundiales del arte, el deporte, la cultura, la política, etc.


En el 2000 en solidaridad con su hijo Abraham, renuncia a la empresa, tras no haber sido designado éste como titular del noticiero nocturno, a la renuncia de Guillermo Ortega, que había sustituido a Don Jacobo al frente del noticiero.


El 1 de septiembre de 2001, Grupo Radio Centro lo reintegró a la pasión de su vida: la radio, con el programa “De Una a Tres en la Red”, en donde escuchábamos a un Jacobo que contagiaba su entusiasmo, su amor a la vida; siempre bien informado, enriquecido por su conocimiento del centro histórico de la Ciudad de México, además era un experto del arte de la tauromaquia, con un amor profeso al tango y a la vida de Carlos Gardel.
Comentaba: “El tango reafirmó su fisonomía, se separa de la canción pampera, del bolero –porque el bolero no describe historias, sino amores (Bésame mucho, por ejemplo), y crea su propia leyenda, que lo hace distintos de otros géneros musicales”.


“De Una a Tres en la Red”, era el único programa radiofónico en México que, grabado en viernes, era repetido sábado y domingo.


Don Jacobo vivió el oficio que la vida le tenía asignado; la crónica desde el teléfono de su carro, el 19 de septiembre de 1985 –que le valió un reconocimiento internacional–, expresa su oficio de vida de comunicador que Don Jacobo traspiraba.


Hace varios años comimos con la familia del Lic. José Antonio González Fernández, en su casa, Don Armando Fuentes Aguirre “Catón” y yo, con Don Jacobo y su esposa Sarita; era un hombre sabio, de figura atlética, nos habló de Dalí, de su entrada a la Habana al lado de Fidel Castro, de toreros, del tango… nos cautivó con su charla.


Nos dijo: “El día que renuncié a mis casa, TELEVISA, le dije al chofer, ¡Vámonos!, salimos, al llegar a la calle me preguntó: –– ¿A dónde vamos? Después de casi 50 años de vivir ahí… ¡No sabía a donde ir!”
Sarita, su esposa y fiel compañera, madre de sus tres hijos y abuela de diez nietos, es una mujer excepcional, amable, inteligente, con su amor lo apoyó para ir al encuentro con su historia, para salir adelante, venciendo los tropiezos de la vida y las batallas contra el cáncer; Sarita proyectaba amorosamente a Don Jacobo a una armonía con el universo, para convertirse en lo que fue: un excelente padre, amoroso abuelo, un periodista sin par... ¡un triunfador de la vida!


Son cientos las anécdotas sucedidas a éste comunicador, sin el cual es difícil entender la segunda parte del siglo XX mexicano, una de ellas es aquella ocasión en la que, “el 3 de octubre de 1968, al día siguiente de la matanza de Tlatelolco, Zabludovsky recibió una llamada del presidente Díaz Ordaz, ‘estaba muy disgustado’, reclamándole que en el noticiero nocturno de la víspera, trasmitido por el Canal 4, hubiese aparecido en pantalla portando corbata negra.


–– ¡Señor presidente! –le explicó Jacobo–, yo sólo uso corbata negra desde hace años... ¡no tengo otra!”


FUENTE: La Jornada en línea: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/07/02/zabludovzky-5863.html

filosofo2006@prodigy.com.mx