Hay
una historia que me encanta, HOY la hago mía y la parafraseo. “Resulta que con
motivo del Día del Padre, en la casa del Filósofo se pusieron de acuerdo para agasajarlo
con una comida; nuestras bellas mujeres hacen juegos malabares con los olores,
sabores, colores, texturas y llenándolos de sus amores, elaboran la exquisita
gastronomía de Güémez, que es un festín inacabable que atrapa hasta al paladar
más exigente.
En
las cocinas de humo, en nuestras fiestas, no puede faltar la carne asada, las
agujas, las costillas, el asado de puerco, el picadillo, el arroz, el caldo de
res, los tamales de pollo, puerco o ‘borrachos’, el fideo seco, los nopalitos,
las chochas, los jacubos, las tortillas hechas a mano de 18 ‘guantadas’ y
obviamente un festín interminable de postres.
Con
el mantel más elegante –aunque muy relavado pero impecablemente limpio–
cubriendo la mesa, los invitados empiezan a tomar lugar, Tita, –la hija del
Filósofo– tomándolo del brazo le dice:
––
Ven apa’, te hemos reservado éste lugar especial, siéntate aquí... ¡En la
cabecera!
––
No te preocupes mijita –mirándola a los ojos amorosamente– dice el Filósofo de
Güémez: ¡‘Onde yo me siento es cabecera!”
La
moraleja es formidable, donde se sienta el Padre, es cabecera, porque en la
cabecera se ubica el lugar de honor, que te recuerda, que tu vibrato original
es el amor incondicional que el Padre tiene para ti.
La
cabecera te recuerda que el Padre es el gran provedor y HOY tiene lo mejor para
ti, todo lo que tu mereces, sólo necesitas DARTE PERMISO de abrir tus canales
energéticos para recibir la abundancia de dones y de bienes, la prosperidad, la
armonía... la paz interior.
HOY
el Padre te invita a amar a plenitud y a reír, de la mano de tu niño interior,
a que dejes a un lado el miedo, que es una frecuencia baja, que tires el ego,
el odio, el rencor, la envidia, que cierran el flujo de la prosperidad y son un
homenaje a la mediocridad.
Y tú
no eres un mediocre, eres, ¡sí! un triunfador, que de la mano del Padre haces a
un lado las emociones y pensamientos negativos, que rompen tu armonía con el
universo, eliminas también la hiperseriedad, que te conduce a tomarte demasiado
en serio tu paso por la vida, sabiendo que nadie sale vivo de ella.
HOY el Padre te recuerda que tu misión en ésta
carnalidad es muy sencilla, sólo se trata de: amar, ser amado, creer en ti,
crear, perdonar, ser agradecido, crecer físicamente, evolucionar
espiritualmente, dar, pensar positivamente y ser profundamente feliz.
El
Padre te recuerda que te ha provisto de un poder, para que crees un mundo
espectacular: el poder del
pensamiento, eres lo que piensas, en cada pensamiento está tu energía
vital, HOY piensa que puedes.... ¡Y podrás!
Y
cuando el miedo te lleve a dudar, a pensar que no encuentras las respuestas a
las preguntas de tu vida, date tiempo para contactar con el Padre, te llevará a
pensar en la abundancia... no en la carencia; te concentrará para que veas la
rosa y no la espina, para que abras las puertas del alma y agradezcas lo que
tienes... ¡y lo que vendrá!; tus pensamientos dejarán a un lado la carencia...
para atraer la prosperidad.
El
Padre te enseña a que HOY seas la mejor versión de DIOS en la Tierra, a que
sorprendas a la gente de tu vida actuando en excelencia, trabajando con pasión
total, entregando lo mejor de ti. No naciste para fracasar, naciste para la
excelencia y “Ser excelente es excederse en lo bueno. Es sobrepasar las
expectativas...” es atraer el éxito a tu vida. A todos los padres del mundo, a
los presentes y a los ausentes… ¡Feliz Día del Padre!
El
amor y el contacto con tu brújula interior, te lleva a fluir en armonía con el
universo, entonces reconoces que el día de HOY el Padre tiene un plan maestro
para tu grandeza y tu felicidad. El Padre te recuerda que alegrarte plenamente
por el amor, la felicidad y el éxito ajeno, da luz y expande tu ser.
A
propósito, la esposa del Filósofo de Güémez le dice:
––
Viejo, con motivo del Día del Padre, quiero que pasemos un fin de semana
espectacular.
––
Excelente… ¡Nos vemos el lunes!
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